Del Amor ni Rastro.


“No es la eternidad pero es el instante, que, después de todo, es su único sucedáneo verdadero.”
Mario Benedetti, La tregua.


El aquí y el ahora es uno de los temas por los que el humano se ha regodeado y proclamado poesía, por el que ha peleado contra la metáfora y al lado de ella en ocasiones; por la que ha perdido la cabeza de amores y pasiones incluso desenfrenadas. Han sido los aquís y ahoras la razón de que el tiempo sea quien es y nos construya (o deconstruya) según las experiencias y sucesos, es el tiempo quien dictamina, pero ya lo diría Alfonso Cortés, refiriéndose al oleaje que avasalla a cada instante con el ahora: "¿Tiempo, dónde estamos tú y yo, yo que vivo en ti y tú que no existes?".

Nos salva el recuerdo de todos esos instantes y las personas que han ayudado a rescatar nuestro estar, la estancia de paso que es la vida.

El reflejo de lo real evoca abstracción, construye argumentos y reúne espacios que se convierten en atemporales, subraya la esencia del ser a su paso por el terreno, el momento. Este reflejo puede plasmarse con diferentes formas y técnicas. Una de ellas podría ser la fotografía (oh sí, oh yeah).


A Alberto, Amelia y Luki les gusta desayunar en la calle juntos los domingos. Luego pasean por el rastro buscando fotos antiguas y juegan a inventar historias de amores imposibles.



Y mientras sus paseos avanzan, la formulación de la publicación Del amor ni rastro, se recrea en momentos donde la imagen refleja lo que fue con sus formas y costumbres. Alberto y Amelia están armando una cartografía donde los puntos de inflexión son las relaciones humanas, plasmadas en diversas fotografías encontradas en rastros (por ello el juego de palabras con el nombre), y justo ahí donde el instante proyecta la imagen que es capaz de transformar y descontextualizar la historia real de cada pareja, dejando un abismo de posibilidades que pueden ser manipuladas en el espacio y tiempo actual, lo que genera representaciones visuales que son un catálogo de posibles amores, posibles parejas, encuentros y quizá, posibles desamores.

Del amor ni rastro intenta ser un álbum fotográfico, apuesta por su estética y es ahí donde encontramos su belleza. Es una publicación en la que los autores han realizado casi una colección arqueológica para lograr crear un panorama romántico de lo que el pasado es capaz de construir. Han plasmado un ideal del recuerdo que puedes disfrutar, por un lado en el tumblr, recreando historias de ficción, y en la publicación física en papel, que deja al lector (en este caso observador) la libertad de construir con las imágenes cualesquiera de las historias que la imaginación pueda creer como reales.

Se puede decir que es un photozine que realiza su objetivo, el de contar algo que ellos han querido, y que han logrado con un gusto refinado, dejando una belleza que no debes perderte.







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